Que me despierte cada mañana imaginando con una sonrisa cómo será ese momento en que vuelva a verte de nuevo, ese segundo exacto en que te vea en la lejanía en el cual mis labios no puedan evitar formar una sonrisa y dejarse llevar por los sueños.
Que cada vez que suene una canción pare atención a la letra y me de cuenta de que todo lo que dice es verdad, que la sienta como mía, que piense que esa canción ha sido escrita para describir nuestra historia.
Que mis sueños sean tan repetitivos, que solo aparezcamos nosotros dos en el rincón más alejado del mundo, quizá en una playa solitaria en la que las olas bañan suavemente nuestros pies, quizá en las entrañas de una montaña nevada en la que solo se oye el eco de nuestras caricias.
Que cada vez que mire al vacío aparezcas tú, de la nada, como si todo el aire que hay en el mundo se juntara en ese pequeño espacio que hay delante de mí y formara tu rostro para recordarme que existes y que no te puedo olvidar.
Que aparezcas en mi mente cuando necesito pensar en otras cosas y aún así me saques una sonrisa, y no me extrañe, porque te quiero, porque te necesito, porque daría la vida por uno solo de tus besos.
Todo eso y más, lo provocas tú sin saberlo.
Todo eso y más, sin que te imagines que eres tú por la que susurran estos versos.
Todo eso y más.