A solas

Fue un momento, un simple instante, algo efímero en la vida de alguien, el viento cesó durante unos segundos, los árboles que daban sombra a la calle dejaron de agitarse, los pájaros dejaron de silbar, quizá para observar lo que estaba pasando, quizá para impregnarse de la magia que desprendía la escena.

Dos miradas cruzaron fugazmente el aire y de repente dos sonrisas, el gesto inevitable, el dejarse llevar a otro mundo en el que todo es maravilloso, en el que es posible que brille el Sol y luzca un arco iris eternamente. Pasados esos segundos, solo un recuerdo, el recuerdo de que la calle estaba llena, el recuerdo de que a pesar de que solo habían tenido ojos para la otra persona, allí había alguien más con ellos.

De pronto no pueden hacer otra cosa que agachar la cabeza, dejar que sus mejillas se tinten del rojo más intenso y pensar con rabia que ojala el mundo hubiera desaparecido, que por un momento la humanidad entera se hubiera esfumado, que solo se hubieran quedado ellos dos, a solas, sin nadie más, solo ellos, los árboles y los pájaros.

¿Y para qué?

Para decirse todo lo que necesitaban decirse, para decirse aquello que no podían decirse un día cualquiera, aquello especial, hablar de sentimientos, de ellos dos, de simplezas relacionadas con el amor, de lo bonito que sería estar juntos, declararse uno al otro lo que sentían, decirse lo bella que era la vida durante ese preciso instante en el que el mundo se paraba y solo se miraban ellos dos a los ojos, a sus labios, a su corazón.

Volvieron a la realidad y alguien le preguntó a él en qué pensaba. Él sonrió y se quedó callado, mientras, su cabeza hablaba. Le suplicaba en silencio ese ratito de intimidad que tanto anhelaban para decir te quiero de una vez por todas, porque se estaba alargando demasiado el momento, porque estaban perdiendo el tiempo, porque los besos y las caricias ya no querían esperar más. Habían esperado ya tanto…

Solo necesitaban eso, huir por un momento del murmullo del mundo, quedarse a solas de verdad aunque solo fuera un instante y fundirse en un beso eterno que confirmase que la espera había terminado, que el Sol había vuelto a salir.

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