¿Quién es él? ¿Quién es ella?

Ahora que por unos segundos la razón envuelve todo mi cuerpo y no se deja dominar por ese que no para de latir, ese que me intenta recordar sin descanso todo lo que ha pasado, ahora, es cuando puedo pensar en la idiotez que he cometido una vez más, la idiotez de pensar demasiado en algo… en alguien que quizá no merecía tanto la pena, no valía tanto la pena destrozarse por alguien que lamentablemente no se destrozaba por mí.

Por eso ahora dejo la idiotez atrás y me doy cuenta de que el mundo no solo lo formamos ella y yo, de que la gente que veo por la calle día a día no son fantasmas sin alma sin ningún objetivo en sus vidas, fantasmas que puedo atravesar sin notar apenas nada. No, son personas que sienten, viven y que quizá en su cabecita tienen el deseo de encontrarse con alguien que les llene ese hueco que está vacío y que no saben con qué llenar.

Me doy cuenta de que he pasado demasiado tiempo pensando en algo que sabía que no iba a ninguna parte, en algo que no tenía sentido, que había muerto incluso antes de haber vivido, me doy cuenta de que he perdido un tiempo que quizá hubiera podido aprovechar pensando en otras cosas, otras personas, otros sueños por cumplir, otros deseos, sensaciones…

Porque sé que ella, esa persona por la que algún día daré la vida, está ahí, vagando por algún lugar que quizá desconozca, ella está ahí quizá pensando en mí igual que yo estoy pensando en ella, pensando en ese alguien que en un futuro la va hacer feliz, en ese alguien que algún día ocupará su corazón, del que se enamorará con locura, pensando en ese alguien que la besará dulcemente, recorrerá su cuerpo con sus manos y la rozará hasta el amanecer.

Ese alguien que soy yo.

Pero… ¿Quién es él?, pregunta ella. ¿Quién es ella?, pregunto yo.

Quién sabe… quién sabe el día en que el destino nos juntará, el día en que deje de pensar en alguien que no va a ser nada en mi vida, en alguien en la que no merece la pena devanarse los sesos, el día en que dos miradas se crucen por el aire y por fin sepamos que la persona a la que estamos mirando es la que va a llenar ese hueco que está tan vacío.

No puedo saber cuándo actuará el destino, aunque me estoy empezando a impacientar…

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