Silencio. Nada más. Por más que grito no salen palabras, por más que grito nadie me oye, nadie me escucha. Aunque todo tiene un sentido, mis palabras solo van dirigidas a ti, a nadie más.
Y tú no estás.
Por eso nadie me puede escuchar, porque mis palabras, un simple te quiero, se esfuman en el viento si no estás tú para escucharlas.
Y lo peor de todo es que tuve mi oportunidad.
Pude decirte te quiero, pude susurrarte las cosas más bellas al oído, pude mirarte como solo mira el deseo, pude besarte y transportarnos a los reinos prohibidos.
Pude pero no lo hice, quise pero no lo hice.
Y eso me hace hervir la sangre.
Porque no dejo de pensar en el “Qué hubiera pasado si…”. Qué hubiera pasado si te hubiera dicho te quiero, si te hubiera dado un beso en los labios, si te hubiera dicho que necesito tenerte a mi lado, si me hubiera importado un rábano lo que me decía mi conciencia y te hubiera dicho que querría acariciarte toda la vida.
Qué hubiera pasado si…
Quizá me habrías dado la espalda y me habría quedado solo con mis sentimientos, aunque quizá eso hubiera sido mejor que esta lenta agonía que me produce el pensamiento de que, quizá, si te hubiera dicho todos los te quieros que tengo en mis labios, tú habrías puesto tu maravillosa sonrisa, me habrías mirado los labios y nos habríamos dado ese beso tan dulce y suave que espero.
Con un simple te quiero me hubiera ahorrado pensar en ello día y noche, siempre pensando… siempre qué hubiera pasado si… qué hubiera pasado si…
Ahora el único pensamiento que tengo es volverte a ver, decirte te quiero y despejar por fin esa duda que me atormenta, matar ese bicho de mi cabeza que me recuerda constantemente que soy un cobarde, que hay veces en que es mejor arriesgar y perderlo todo que no arriesgar y quedarte toda la vida pensando en que quizá hubieras ganado.
Y hasta que llegue ese momento ahí estará ese pensamiento… Qué hubiera pasado si… qué hubiera pasado si… qué hubiera pasado si…
Lo harás tarde o temprano porque sabes que no puedes vivir con la duda. Mientras tanto, seguirás sufirendo en silencio. Espero que no llegues a arrepentirte por lo que pudo haber sido y no fue. No es fácil, pero nadie dijo que lo fuera.
Saludos.
Me gusto mucho esta frase:»hay veces en que es mejor arriesgar y perderlo todo que no arriesgar y quedarte toda la vida pensando en que quizá hubieras ganado.»
por otro lado ese titulo me gusta mucho para un libro XD quedaría genial.
Saludos!
Sí Lia, es verdad, es imposible vivir con la duda siempre, me mataría.
Vale, ahora que destacas esa frase me doy cuenta de que me encanta, mientras lo escribía no me ha llamado tanto la atención, y eso que el leído el relato un par de veces antes de publicarlo.
Por cierto, «Qué hubiera pasado si» es el título del libro que tengo colgado en el blog, aunque el título no está tan relacionado con el amor.
Gracias por comentar! 🙂