Miénteme

Miénteme…

Dime que me quieres, que las noches pensando en ti no fueron en vano, que no perdí el sueño por algo que en realidad era imposible, que los sueños que soñaba contigo pueden pasar en realidad, que no era una tontería mirar el amanecer por las mañanas pensando solamente en ti.

Miénteme…

Dime que no te reíste de mis versos, que sentiste como tuya cada palabra que leíste, que tu vello se erizaba al pensar que todo esto era para ti, que sonreíste al pensar que quizá todo lo que hay aquí escrito un día se podía hacer realidad.

Miénteme…

Dime que me mirabas cuando mirabas al vacío, que pensabas en mí cuando soñabas entre las nubes, dime que me echabas de menos cuando me alejaba cinco centímetros de ti, dime que un día imaginaste que el tiempo se pararía por un instante y dos miradas se cruzarían en el aire, la tuya y la mía, y que luego solo habrían caricias, besos, todo un mundo por llegar.

Miénteme…

Miénteme para que no me sienta un estúpido, para que no sienta que he hecho el ridículo, para que todas estas letras parezca que han servido para algo. Miénteme para retrasar el momento de morir, para que no me traspase la bala, esa que tarde o temprano me atravesará, esa que me hará caer, mirar al vacío y soltar una única lágrima, la del adiós.

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