Mira la vida que gira a tu alrededor y piensa ¿Podría ser mejor? ¿Me gusta la vida que estoy llevando? ¿Es esta la vida que tenía pensado vivir hace diez años? ¿Podría hacer algo para cambiar mi vida? Ahora piensa en las vidas que tienen los gatos, ¿dicen que son siete? ¿Piensas que son afortunados? ¿Por qué? Los gatos tienen siete vidas pero tú tienes infinitas, tienes tantas vidas como vidas quieras vivir.
Porque nada nos tiene anclados a una sola vida, que elijamos un camino en un determinado momento no significa que tengamos que seguirlo toda la vida. Hay infinitas salidas ¿Por qué no tomar una de ellas?
No me tengo que ir muy lejos para poner ejemplo de que cualquier cambio en la vida, si ese cambio lo has permitido tú, puede hacer que tu vida vaya a mejor. Me pongo a mí mismo de ejemplo: pasé un año haciendo la carrera equivocada, ¿Tenía que pasarme toda la vida pensando qué hubiera pasado si hubiera ido por el camino que de verdad quería? De ninguna manera, cambié, y ese cambio no hizo más que mejorar muchísimo las cosas, estoy haciendo lo que quiero y pienso que no podía haber escogido un camino mejor.
Y te vuelvo a preguntar ¿Seguro que has elegido el camino correcto? ¿No tienes el más mínimo remordimiento? Si es así me alegro, no hay cosa más buena que tomar la mejor decisión en el momento adecuado. Pero si no es así… piensa, puede que haya una mejor solución, quizá la solución está delante
de tus narices ¿Miedo? ¿A qué? Solo hay peligro de que todo empiece a ir mejor y si va a peor pronto habrá una nueva salida y la rueda volverá a girar.
Piénsalo bien, ¿por qué seguir un camino embarrado y lleno de baches cuando la siguiente salida te lleva a la autovía? Todo está ahí, todo está en volver a empezar, nadie te va a prohibir intentar ser feliz así que, por lo menos, ¿por qué no intentarlo?
Y recuerda, la vida tiene tantas vidas como vidas quieras vivir, seguro que una de ellas es la que te hace ser feliz, solo hace falta encontrar la salida.
Y no se encuentra si no se busca.