Palomitas, cola y una sesión de cine era la costumbre que habíamos tomado desde hacía un par de años mi amigo y yo, a los dos nos gustaban el mismo tipo de películas así que cuando llegábamos al cine ninguno de los dos dudaba en que sala entrar.
Durante ese par de años, la sesión habitual de cine de los domingos se convirtió en algo esperado ya que nos olvidábamos por unos momentos de los problemas y nos dedicábamos simplemente a reír y a pasárnoslo bien pero a partir de aquella tarde todo fue diferente.
Quique y yo quedábamos siempre en las taquillas del cine ya dispuestos a elegir película, aquel día llegué tarde así que cuando lo vi allí de pie con una chica ya pensé «Pensaría que no vendría y habrá invitado a otra». A medida que me acercaba a donde estaba me iba quedando más impresionado, la amiga de Quique me dejó encandilado desde el primer momento: tenía el un pelo que le llegaba hasta la cintura negro y ondulado, unos ojos grandes y de color verde con los que parecía penetrarte con la mirada, una nariz pequeña y respingona, unos labios pequeños pero esponjosos y un cuerpo sin demasiado volumen pero que no tenía que envidiar a las de muchas actrices.
-¡Por fin has llegado Adrián! Mira, te presento a mi novia Nerea.
Aquello fue como si me hubieran dado una patada en el culo.
-¡Novia!
-Sí. No te lo había dicho antes porque queríamos consolidar un poco la relación.
-Ahhh.
Ya no me importaba nada de lo que me estaba diciendo, veía la necesidad de apartar a mi amigo y besarla hasta la madrugada.
-Bien. Entramos o que.
-Mmm….. sí, sí claro.
No me apetecía continuar en aquella situación, necesitaba irme a casa y olvidarme de su rostro, de su cuerpo o por el contrario me iba a resultar muy difícil la tentación de abrazarla y tocarla.
Pocos minutos después de que comenzara la película me dije a mi mismo «¡Basta!». Desde que habíamos entrado en la sala no habían parado de tocarse y besarse como si no hubiera nadie más allí así que no tuve más remedio que inventarme una excusa y salir pitando de allí si no quería perder a mi mejor amigo.
-Ay, me duele un montón la barriga.
-¿Pero estás bien?
-No, creo que me tendré que marchar, tengo ganas de vomitar.
-Bueno si estás tan mal ¿Quieres que te acompañe a casa?
Arruinarles la tarde fue muy tentador pero mi cabeza reaccionó rápidamente.
-No, no gracias. Puedo conducir hasta mi casa, hasta luego.
-Adiós.
-Adiós.
Por primera vez escuché su voz, era aniñada y dulce, como sacada de un cuento infantil, me encantaba.
Salí rápidamente del cine, cogí el coche y me fui a un mirador desde donde se veía todo el pueblo, necesitaba pensar, pensar en que una chica me había robado el corazón, sólo había un problema, esa chica era la novia de mi mejor amigo, era por tanto un amor prohibido.
Vaya putada, encima tener que aguantarlos ahí tol dia dándole que te pego…
Es la primera vez que la ves tio… te has encaprichao un poco na mas, ya se te pasara…
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