Fui un soñador, esclavo de palabras vacías que el viento trajo un día a mis oídos, esclavo de recuerdos que me hacían pensar que quizá ahora era diferente, de hechos que no hacían más que confirmar que estaba rodeado de ilusiones cegadoras que me atrapaban en una espiral repleta de momentos inolvidables.
Solo para mí.
Jugué una partida en la que en realidad solo jugaba yo, contra mí mismo, contra el pasado, contra el futuro, contra esperanzas y desilusiones al mismo tiempo, contra un vendaval que me empujaba al abismo, a la negrura de un amor vacío, a un cielo en el que solo me esperaban las más ardientes llamas del mismísimo infierno.
Pensamientos que no eran tales, miradas que miraban a otra parte y deseos que no eran los míos, suspiros sin aire, sonrisas de risa, silencios agónicos en los que realmente no cabían palabras, sin sentido, sin significado.
Todo es como un grito en el desierto que nadie escucharía en mil años. Y la sed es agonizante, eterna, el agua no llega, mis labios piden a gritos una gota de rocío que los salven de morir de esta manera, aplastados por la indiferencia de la gente que ha pasado, ha mirado y se ha marchado, de la gente que me ha dado el agua con una mano y me la ha quitado con la otra, de la gente que ha bebido delante de mí.
Pero no me puedo resignar de esta manera, no puedo pensar que el agua nunca llegará, porque moriría solo de pensarlo, total ¿de qué me serviría seguir alargando esta agonía si sé que el final va a ser el mismo? No, no puedo pensar de esa manera. A pesar de que mire en todas direcciones y solo vea arena y más arena, tengo que pensar que esa nube que se acerca traerá un poco de lluvia, traerá un poco de agua. Tengo que pensar que el siguiente paso que dé será el correcto, que no me estaré equivocando como tantas otras veces.
Y es que nunca es demasiado tarde para empezar a recorrer nuevos caminos, porque ¿quién sabe? Quizá el próximo que tome sea el que se cruza con un pozo de agua y por fin pueda beber, olvidando así esas llamas que me han estado quemando tanto tiempo sin una recompensa final.
Comparto tus pensamientos…en un espacio en donde se respira pensamiento,poesía,amor y profundidad.Me encanta este rincón.Te seguire sin lugar a dudas.Te dejo invitación a que me visites.Un abrazo fraternal desde Chile.
Gracias! Es bueno saber que escribo algo con lo que te sientes identificada.
Saludos!! 🙂
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.
Sí, el problema en que el día en que construyes los caminos en el hoy tarda en llegar.
Saludos!! 🙂