¿Un clavo saca otro clavo?

Un silencio que llega después de la tormenta, una mirada que mira a ninguna parte, una lágrima que cae en el vacío, un triste adiós que sale sin palabras, los corazones latiendo y la respiración entrecortada.

Los sentimientos esperando a estar solos para derrumbarse del todo.

Todo se acabó, todo terminó. Los ratos que pasamos juntos quedan de repente en el olvido, se matan de un balazo disparado por el enfado, ya no hay pasado, solo los últimos momentos, solo quedan los gritos, las peleas, los silencios eternos, los miedos.

Solo queda eso en el recuerdo y el dolor en el corazón, la pena, el llanto de sangre que cae en la oscuridad más profunda.

Ya nadie recuerda las tardes llenas de silencios porque no hacían falta las palabras, ni las miradas que volaban intentado descifrar el pensamiento del otro, ni los suspiros con los que dábamos por terminado el vuelo hasta las nubes, ni la fina sonrisa que se quedaba en nuestros labios después de darnos un beso dulce, tierno, mordiscos de chocolate que sabían a rocío. Ya nadie recuerda el amor que sentimos un día, solo se recuerda que nos seguimos queriendo pero hay una espinita que quizá no se pueda sacar jamás, una espinita que duele, que machaca, que nos recuerda día a día lo que pasó, los malos momentos, los momentos olvidables.

Pero hay cosas que no se olvidan, justo lo que queremos olvidar y dicen que hay formas, maneras en la que se olvida todo, por completo, no queda ni rastro.

Una de esas formas es la del famoso clavo, un clavo saca a otro clavo, dicen… Pero quizá no sea así porque quizá ese clavo lo único que hace es meter el otro aún más hondo, justo darás en el sitio exacto, porque llegará el día en que unos labios vuelvan a rozarse y volverá el recuerdo de un tiempo en el que dos labios se rozaban y era maravilloso, porque llegará el día en que las miradas vuelvan a volar y volverá el recuerdo de una mirada que un día te llegó a volver loco, porque llegará el día en que una sonrisa se forme en unos labios y volverá el recuerdo de aquella sonrisa por la que un día te pasabas horas pensando en cuándo la volverías a ver.

Llegará el día en que tendrás enfrente un corazón y los recuerdos volarán tan bajo que volverás a ver el corazón por el que un día quisiste dar la vida.

Porque un clavo saca otro clavo, o quiza no, quizá todo dependa de cuan largo sea el clavo, de la intensidad en que se clave otro clavo. Porque si el clavo no se clava con suficiente fuerza lo único que pasará es que se revivirán experiencias, que volverás a un pasado que quizá ya se había marchado, que el amor y el dolor que sentiste un día volverán a reunirse y costará volver a separar.

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