Tal vez te acuerdes de mí

Tal vez te acuerdes de mí.

Tal vez… No sé…

Tal vez te acuerdes de cuando nuestras miradas se huían por vergüenza. Cerrábamos los ojos y apretábamos el puño contra el pecho pensando en los ojalás, en los qué pasaría si…, en los sueños que estábamos soñando, en los besos que quizás podríamos darnos, en los bailes que, agarrados, abrazados, podríamos bailar recorriendo el mundo entero, dando mil vueltas sin saber siquiera el destino, simplemente siguiendo el camino que marcan nuestros pasos.

Tal vez te acuerdes de aquellos paseos de noche con la ciudad y la Luna como escenarios. Miles de pequeñas motas de luz parecían observar cómo entrelazábamos nuestros dedos y nos mirábamos, y sonreíamos porque con la mirada nos habíamos dicho te quiero, y nos encantaba, nos gustábamos sin saberlo.

Tal vez te acuerdes de esas largas conversaciones que solíamos tener. Podíamos estar horas y horas hablando sobre la vida y sobre nada a la vez. Podíamos contarnos mil secretos y dejar entreabierta la puerta a dos corazones que, sin quererlo, habían ido poco a poco acercando posturas hasta casi rozarse, hasta casi acariciarse. Y nosotros, con los ojos cerrados, nos dejábamos guiar por ellos y sentíamos el tacto del otro sin tocarnos, sentíamos el aliento del otro sin ni siquiera respirar.

Tal vez te acuerdes de las caricias que no encontramos.

Tal vez te acuerdes de los besos que no nos dimos.

Tal vez te acuerdes de los polvos que no echamos

Tal vez te acuerdes de mí.

Tal vez… No sé…

Nos fuimos alejando, nos fuimos dejando, nos fuimos olvidando y un día olvidamos que nos recordábamos. Olvidamos nuestros rostros y quizá el hecho de que el otro existiera.

Hicimos nuestro aquello de que un pasado que se olvida jamás ha existido.

Pero tal vez en alguna parte, en el más oscuro rincón, sigue latente, sigue presente aquello que nunca debimos olvidar.

Tú… Yo…

Tal vez… No sé…

 

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