Sé que ahora quizá no merezca estar diciendo esto, que quizá merezco estar en la posición en la que estoy. La vida da muchas vueltas y la última me ha pegado una bofetada. No hace mucho de aquel tiempo cuando nos cruzábamos por la calle y me mirabas con una sonrisa en los labios, cuando tratabas de llamar mi atención y no recibías ninguna respuesta por mi parte, cuando me decías cualquier cosa y yo prácticamente te ignoraba. En aquel tiempo yo tenía otras cosas en mi cabeza, otros objetivos que no me daban bola, otros corazones que no me hablaban y en mi ceguera no podía ver que el único corazón que me hablaba, el único corazón que latía un poco por mí era el tuyo ¡Maldita ceguera!
Ahora han cambiado las tornas, ahora soy yo el que no puede evitar mirarte cuando estas cerca de mí, el que pone excusas para verte dos segundos, el que sonríe de manera irresistible cada vez que alguien dice tu nombre. Ahora por fin he abierto los ojos, estoy sabiendo ver lo que tenía a mi lado y no supe valorar, no supe ver que ya no tenía que buscar a nadie más, que tú eres lo que realmente necesitaba y necesito, te quiero, te adoro, lamentablemente, tu corazón ya no late por mí.
Seguramente merezco todo lo que estoy sufriendo, en su momento no supe valorar lo que podía tener y no quise por eso quizá el destino ha hecho que ahora valore tanto lo que quiero y no puedo tener. Espero que algún día lo que queremos los dos se cruce y podamos estar por fin juntos, que aunque el destino no haga otra cosa que separarnos nuestros corazones se pueden querer al mismo tiempo. Espero que en nuestro caso no se cumpla aquello que dice una canción de cierto cantante colombiano: “porque nunca sabes lo que tienes hasta que se pierde, lamentablemente nunca vuelve”. El tiempo lo dirá…