Difícil

¿Charlamos sobre el amor? ¿O es demasiado tarde para decirte que te quiero? ¿Seguimos en silencio? ¿O dejamos que las palabras digan todo lo que pasa por nuestra mente, sea bueno o malo?

Dejemos que hablen nuestros corazones, no nos callemos nada, que no quede nada en el aire esperando a que sea dicho, porque hay demasiado que decir, quizá un te quiero, quizá un te odio, quizá un no me dejes nunca o quizá un no te quiero ver jamás, demasiado al fin y al cabo, demasiados quizás que hacen que las cabezas piensen más de lo normal, hacen que se pierda mucho tiempo buscando respuestas a preguntas que son fáciles de contestar. Sí, no, sí, no… No es tan difícil…

Huyamos de los silencios, de las cabezas que miran hacia abajo avergonzadas porque no saben qué más hacer, de esos momentos que podrían estar llenos de instantes para recordar, aunque no lo están. Dejemos atrás los segundos eternos en los que queremos decir tanto que al final no decimos nada, dejemos atrás la eterna duda de si sería bueno decir tal o cual cosa, no pensemos, simplemente digámoslo.

Dejemos de mirarnos como si nada hubiera pasado, de hablar como si todo estuviera hablado, dejemos de olvidar que ya hubo un día en que te dije te quiero y que desde ese instante nada puede ser lo mismo, dejemos de obviar la realidad, que el tiempo se para cuando te miro y que los segundos se hacen eternos al no sentirte. Dejemos de engañarnos a nosotros mismos y creer que el mundo es tan maravilloso, bajemos de una vez a la realidad.

Hablemos, querámonos, odiémonos, o que siga todo igual, aunque esto último sea tan difícil de aguantar.

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