-Buf, que bien lo pasamos Miguel, toda la noche bailando, besándonos…
-Se ve que estáis muy bien juntos.
-Sí, nunca me había pasado esto con ningún otro chico, cada vez estoy más enamorada de él.
-Me alegro.
-Como me gusta tener a alguien que me escuche, gracias por hacerlo.
Pertenezco a una especie en extinción, a la especie de amigos consejeros que aconsejan a todo aquel que tiene a su alrededor y que no es capaz de aconsejarse a si mismo. A mi esto me pasa con mi amiga Eva conversaciones como la anterior las tengo muchos días de la semana con ella. Me cuenta qué hace, cómo lo hace y dónde lo hace cada vez que sale con su novio y yo como un tonto intento escuchar todo lo que me cuenta y darle consejos para que se lo pase mejor.
Mientras me cuenta sus experiencias me toca, me abraza e incluso me llega a besar y yo me tengo que mantener inmóvil, aguantando el impulso que tengo de abrazarla con fuerza y de besarla hasta dejarla sin aliento, aguantando el impulso de ir a buscar a ese que la está haciendo feliz y meterle un par de puñetazos en la cara.
Pero no puedo hacerlo, no puedo romper una relación porque yo quiera, no puedo romper una relación que está consolidada desde hace meses, no puedo romper una relación aunque yo esté perdidamente enamorado de ella.
Me tengo que conformar con lo de siempre, que ella llame al timbre de mi casa, la reciba con dos besos, entremos en mi habitación, arrime la puerta y me cuenta todos los detalles de la noche de sexo que tuvieron el día anterior, me tengo que conformar a asentir la cabeza, a sonreír, a abrazarla cuando está llorando y a darle consejos sobre cuál es la mejor forma de hacer feliz a un hombre.
Así somos en nuestra especie, nos enamoramos de aquella persona prohibida y encima tenemos que ayudarla, así somos, escuchamos sus confesiones y cuando nosotros tenemos que confesar algo no hay ningún hombro en el que llorar.
Dios Javier… no sabes lo mucho que me siento identificada con este relato.
He llegado a este blog por casualidad… y tras leerlo, no he podido evitar dejarte un comentario!!
Saludos a un miembro de esa especie en extinción, de otra miembro de esa misma especie! 😉
Me encanta que te guste el relato y al sentirte identificada veo cumplido uno de los objetivos del blog, es decir, que os emocionéis, que sintáis, que os identifiquéis con los personajes de los relatos.