Anoche soñé que te soñaba y en el sueño soñé que tú me querías, que me devolvías las sonrisas, que las notas que salían de tu voz formaban las más bella canción de amor que se ha escrito jamás.
Y esas notas hablaban de dos personas que con solo una mirada podían decir todo lo que no decían las palabras, de dos personas que con solo el roce de sus dedos hacía estremecer a la otra, de dos personas que sin casi conocerse podían contarse los más íntimos secretos.
Anoche soñé que te soñaba y eso me quitó el gran peso que me produce estar día a día sin verte. Porque un sueño, mientras se sueña, puede ser tan real como la vida misma, puede provocar las mismas sensaciones, los mismos efectos en nuestra piel…
Es tan real como la vida misma porque el hecho de despertarse y dejar de soñarte produce el mismo efecto que la despedida más dolorosa que se pueda producir en la vida real
Por eso quizá, a veces es mejor no despertar, a veces es mejor quedarse soñando si lo que estoy soñando eres tú. Porque mientras te sueñe te tendré a mi lado, te podré acariciar, te podré tocar, te podré besar.
A veces es mejor no despertar porque cuando lo haga te buscaré en mi habitación y solo encontraré aire.
A veces es mejor no despertar porque cuando me despierte volveré a darme cuenta de que no estás a mi lado.