Bla, bla, bla…

La gente habla… bla, bla, bla…

Habla porque sí, porque no tiene una cosa mejor que hacer, porque se aburre, porque a veces el ser humano tiene esa necesidad, pero no me refiero a aquellos que hablan por hablar, a aquellos que conversan sobre fútbol, la televisión, una película o de cualquier otra cosa sin sentido, me refiero a aquellos que hablan de la vida privada de la gente, marujos y marujas que se divierten divagando sobre los demás.

La gente habla… bla, bla, bla…

Víboras, pistolas que tienen apretado el gatillo, bocas por las que no salen otra cosa que sandeces sobre algo o alguien que no conocen. Les gusta, lo adoran, les fascina hablar sobre la vida de la gente aunque no tanto les gusta autoevaluarse a si mismos, porque quizá saben que tienen la misma mierda que la que tiene la gente sobre la que hablan. Quizá sea por eso que hablan tanto, quizá porque tienen tanta mierda encima que la única manera de quitársela es tirándosela a otro. Hablan tanto quizá para olvidar que muchos otros estarán hablando de ellos.

La gente habla… bla, bla, bla…

De nada me sorprende que el mundo del famoseo tenga tanto éxito. Quizá sea porque pueden hablar hasta la saciedad, una saciedad que angustia al famoseo pero a los marujos y marujas les da igual, les da igual echarles mierda porque ellos tienen de sobra.

Así que ellos siguen y siguen… bla, bla, bla…

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