Tal vez ya nunca

Nos perdimos sin querer,

en olvidos, en no reconocernos, en dejar de querernos,

en silencios,

en muros de cristal que nos dejaban mirar sin poder tocarnos,

irrompibles, largos, eternos,

inalcanzables.

Creímos, en piedras que nos salvarían, en escaleras que nos llevarían a la luna,

quedarnos allí para siempre,

obviando un mundo que ya no giraba a nuestro ritmo,

demasiado lento cuando queríamos ir rápido,

demasiado rápido cuando queríamos ir lento.

Imposible…

Qué será de nosotros cuando crucemos aceras para evitarnos…

Qué sucederá cuando nos miremos desde la distancia y agachemos la mirada…

Qué pasará cuando cerremos los ojos para que no caiga esa lágrima que relate lo sucedido…

Porque será, sucederá, pasará.

Tan inevitable, tan cierto, tan nosotros, tan nuestra forma de ser.

Tan tú, tan yo.

Vaya mierda el juego de quererse y olvidarse,

el juego de quererse y no hablarse,

nuestro eterno baile, ese en el que danzamos sin saber cuándo sonarán las 12,

cuándo perderás el zapato para que todo vuelva a empezar.

Tal vez, ya nunca.

Tal vez ya nunca se pare el tiempo y hagamos como si nada hubiese sucedido.

Tal vez ya nunca el que late se calme ante ti.

Y hable, en vez de huir.

Tal vez ya nunca.

Tal vez ya nunca dejemos de bailar.

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