Acaba conmigo,
cierra los ojos y lánzame a tus precipicios,
yo caeré,
o haré como que caigo.
Así, con los ojos cerrados,
tal vez sea imposible encontrarnos,
sin perdernos, sin buscarnos,
en esos vacíos tan oscuros como tus ojos.
Ojalá saber qué escondes,
o quizá esconderme contigo,
para que nadie nos descubra, no me importa estar callado.
Poner mil excusas a mis silencios,
que tal vez no quiero decir te quiero,
que me acuerdo de ti,
que te diría ven si tú lo dejaras todo,
que te diría ven aunque no dejaras nada.
Tal vez no quiera decir que con tu sonrisa me basta.
Mil excusas que se acaban,
acaba conmigo, repito,
que ya no soporto tu ausencia,
que me he cansado de pensarte,
de besarte sin labios,
de follarte sin sexo,
de perderme,
de caerme…
O tal vez ya esté perdido,
tal vez ya he caído,
tal vez ya esté en tus precipicios.
Porque ya no sé si eres locura,
que tal vez nunca has existido.
El poema es demoledor. Hay momentos en la vida en el que las ausencias llegan un punto en el que parecen locura. Enhorabuena.
Un abrazo.
Sobre todo por esa mezcla de recuerdos que vamos creando y dando forma. Al final ya no sabes qué es realidad y qué forma parte de la locura.
Un abrazo, gracias! 🙂
Me encantan esas palabras. Impulsan emociones torrenciales.
Al final la vida es simplemente eso, emociones que nos envuelven y nos suben y bajan cual montaña rusa.
Gracias! 🙂