Dientes de león
Anoche, asomado a la ventana de mi habitación deseando que la Luna me guiñara un ojo o, al menos, me sonriera, vino volando a mí un diente de león. Más que volar, flotaba tímido buscando un lugar en el que refugiarse del frío que hacía en la calle. Mi mano lo alcanzó sin que yo […]